Si hoy es un día
gris, de esos en los que todo sale mal. Desde el más pequeño detalle hasta lo
más importante. Todo se tuerce, lloras, te enfadas, estás más susceptible de lo
debido. Acabas enfrentándote con quien te cruzas.
Piensa en todo lo
bueno que fue ayer. Imagina lo bueno que será mañana. Y así, centrándote en
ellos, quizá saques adelante el día de hoy. Porque lo importante no es como
empieza, sino como lo acabas.