lunes, 2 de diciembre de 2013

Parques, qué lugares

Los parques siempre me han parecido los lugares perfectos para evadirse de la realidad circundante. Si me dan a elegir entre vivir en la boina negra que porta mi ciudad o en alguno de sus roídos agujeros, sinceramente prefiero quedarme en el agujero.
Al poner un pie al otro lado sientes como si hubieses entrado en un mundo nuevo; un lugar diferente, lleno de rincones inexplorados.
Los parques tiene mucha más vida de la que parecen albergar. Lo miras desde fuera y no sientes nada. A simple vista parecen lugares extraños, vacíos, que a nadie interesan. Te crees superior, urbanita.


 
Pero si te atrapa, se te pasan las horas sentado en un banco, leyendo, charlando, pensando, viendo a los niños jugar, escuchando a los pájaros, dando un paseo, haciendo fotos.

Cuando en cualquier parque encuentras tu lugar, hallas la tranquilidad y el sosiego en el mundo moderno. Quizá sea un banco, un tronco de árbol caído, unas piedras o un muro. No importa qué, sino el hecho de que lo hayas encontrado. Es toda una suerte disponer de un propio remanso de paz en mitad de la vorágine cosmopolita.


 

"En ese instante, te das cuenta de que sólo tú eliges como quieres que sea tu vida"