Es tu boca la que me provoca
y tus labios rojos los que evocan,
a cada instante. Te vuelves más fuerte,
mientras me debilito lentamente.
No puedo soportar esta agonía
en la que no encuentro salida.
Tu mirada penetrante busca la mía,
que se derrite, no hay más vía.
Tan cerca y tan lejos. No te entiendo.
Me pierdo y ya no me encuentro.
Quisiera hallar la manera de complacerte
sin tener que enfrentarme con la muerte.
Nadie sabe de mi indecisión,
pues tú eres la única solución.
Por mil esquinas te busco cada día.
Por ti me despierto, tú eres mi guía.
Y cada vez que te veo intento,
sin éxito, expresarte lo que siento.
Tan cerca y tan lejos. No te entiendo.
Me pierdo y ya no me encuentro.