No cruzaban ya ni la mirada, me
preocupaba seriamente. No hablaban del tema, se había convertido en algo
natural. En una maldita rutina. Quizá no debiera preocuparme tanto, pero sentía
la tensión en el ambiente. Al pasar a su lado, se respiraba la incomodidad y el
rencor como si de un nuevo perfume se tratase.
Creí hallar la respuesta
a tantas preguntas, pero me era imposible encontrar más de lo que ya había
buscando. Comencé a pensar que iba a ser algo permanente e intenté
acostumbrarme, pero no podía, no era capaz. Aún quedaba algo que podía hacer.
Cuando algo va mal o no va del todo bien. Con ganas y tiempo, llegará "tu oportunidad" (gran canción!)
ResponderEliminarSiempre queda algo por hacer, alguna posibilidad reservada para los valientes.
En serio, buen post, quizá porque más de uno y más de una nos hemos sentido así alguna vez.
Muy bien.