miércoles, 5 de diciembre de 2012

La barrera

Es como un cristal que separa dos mundos distintos. Siempre ha estado ahí por seguridad, pues si ese cristal llegara a romperse los habitantes de ambos mundos sufrirían las consecuencias. Estas resultarían devastadoras tanto para el que lo rompe como para el resto de la población.

Debo apuntar que en los últimos tiempos este cristal ha cambiado, ha mutando su composición, ha dejado de ser translúcido para pasar a ser transparente, lo que ha despertado la curiosidad de los que viven a ambos lados.

Ahora, los más decididos y valientes, temen en menor medida las terribles consecuencias que desde pequeños les habían inculcado que sufrirían, si alguna vez, si quiera, se planteaban romper el cristal. Ahora, al ver lo que había al otro lado con total claridad habían casi olvidado por competo que llegar a romper la barrera supondría la destrucción de los dos mundos; primero uno, después el otro. Sería una inevitable reacción en cadena.




El único problema sigue y seguirá siendo la transparencia del cristal, la aparente facilidad para romperlo y la pérdida de conciencia de los habitantes acerca de las consecuencias de realizar tal acción.


"La curiosidad, tan oportuna como siempre, me invadía en un instante de confusión"

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