domingo, 20 de octubre de 2013

Sentimientos impresionistas

Atardecer invernal. Dos botas negras. Resuenan sus tacones. Silueta femenina de andares resueltos. Pelo oscuro y ondeante. La calle solitaria iluminada por el verde resplandor de una cruz griega. El viento sopla levantando las tostadas hojas otoñales. Retazos de un pasado efímero. El frío cala hasta los huesos.




De pronto, calor. La diferencia principal entre un lado y el otro. Tan solo los separa un fino umbral. Odio y amor. Escuchar y hablar. Llorar y reír. Sube escalón a escalón hasta su cumbre de paz y felicidad.

Se hunde a la vez en su sofá y en sus pensamientos, mientras todo ese frío, ese viento, ya no le afecta.


"El orgullo de quien acaricia la vida sumergiéndose en cada instante como si fuera el del epílogo"

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