lunes, 19 de mayo de 2014

Arma de doble filo

Frustración. Impotencia. Nada puedes hacer cuando quieres realizar mil sueños y no te permiten moverte. Si huir no es una opción, lo único que se puede pedir es que te dejen en paz dentro de tu urna de cristal.

Necesitas tiempo y espacio para poner en orden tus ideas, para encontrar la manera de salirte con la tuya. Pero no es tan fácil. Hay demasiados obstáculos obstruyendo tu camino. Tendrás que superarlos uno a uno, derribarlos uno a uno, hasta que solo quedéis tú y la llanura.




La llanura de tu libertad. Por la que podrás correr como un potro salvaje. Sin miedo a nada, sin sentir dolor, sin caer en trampas. Tan solo siendo tú mismo. En total armonía con el mundo y con la vida.

Tú serás el dueño de tus decisiones y el responsable de tus actos. Deberás ser fuerte, valiente y compasivo. Leal, sincero y amable. Nadie estará por encima de ti. Tus sentencias serán máximas y forjarás tus principios con el sudor de tu frente. Establecerás tus prioridades a partir de los hechos y buscarás el pragmatismo en cada una de tus acciones.

Hasta que un día, tarde ya para pararte los pies, perderás el rumbo y te volverás corrupto, astuto y despiadado. Cobarde, ocioso y prepotente. Tu palabra será la ley que marcará días de odio y terror y el mundo te despreciará, te dará la espalda y te quedarás solo, por no haber sabido emplear tu tan ansiada libertad.


"Cuando las luces del cielo dieron paso a las de la ciudad"


domingo, 4 de mayo de 2014

Idiomas diferentes

—¡Vale ya!, ¿no? Que es que me tienes hasta las narices. Déjame un poquito en paz, que es que estás todo el día encima de mí.

—Pero…<<Ya me gustaría que esa frase fuera literal>>.

—Pero, nada.

—…<<Dios me dan miedo sus ojos cuando se pone así, pero son tan bonitos. Es guapa hasta enfadada. Sí, quizá me haya pasado un poco esta mañana… creo que hoy no tiene un buen día>>.



—A ver, me puedes explicar por qué me odias tanto. ¿Qué te he hecho yo?

—¡¿Qué?! Yo no te odio, más bien todo lo contrario. <<Realmente me odio a mi mismo por no encontrar el valor para decirte lo que siento. ¿Que qué me has hecho? Has recompuesto mi corazón, has sabido sacarme una sonrisa siempre que estaba triste, has encontrado la manera de ser mi amiga aunque me duela que solo seamos eso, amigos. Me has hecho tantas cosas que un simple “gracias” se quedaría corto>>. Lo siento si te ha molestado, sabes que yo no quería. Gracias por soportarme todos los días —dije con una sonrisa — ¿crees que podrás soportarme un poco más?

—Bueno, si me pones esa carita.


"Porque a base de golpes y encontronazos también hay roce"