Vives con la tensión, la presión.
Diluvios que adormecen tus delirios.
Querer afilar la palabra “corazón”,
por si toca herir al oponente.
No sentir nada, ni siquiera frío.
Ni tan solo frío.
Es pura hostilidad.
resurge el don que te atrajo a su ser.
Perdiste el odio por el camino,
corriste hacia atrás esperando el ayer.
No sentir nada, ni siquiera frío.
Ni tan solo frío.
Es pura hostilidad.
Es pura hostilidad.