domingo, 17 de mayo de 2015

Puntos

No mienten. Heridas que se vuelven a abrir. Que vuelven a sangrar. De nada sirvió dar puntos.

Se marchitó la azulada flor, y no había manera de coser el dolor.

Ardieron las esperanzas contra mi pecho y cayeron hechas trizas a mis pies. El temblor se apoderó de mis extremos, nada podía templar aquel infierno.

Solo tu calor.


Ahora sentía arder en mi interior otro fuego. El del odio enjuagado con lágrimas baldías. Pasaron los años y al verte el dolor se hizo insoportable. Una punzada en el corazón me tiró al suelo. Se me encogió el estómago y se me cruzaron los miedos. Un sentimiento de abandono se apoderó de mí y me quedé a solas con mi cuerpo.

Juré que no volvería a pasar, que no volvería a ocurrir. Pero pasó, y ocurrió, y dolió. Y una lágrima brotó del filo de mis ojos. Ni una más te merecías. Ni una sola.

Me levanté y me sacudí mis emociones. Te sacudí de mí. Sería la última vez que habría que coser la herida. 


"No importa si no se debe, lo importante es que puedas"

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