¿Cómo se puede separar a alguien de tu vida sin dejar cicatrices? No puedes seguir así, pero el cambio traería la desgracia para unos y la alegría para otros; al igual que cualquier otro cambio. Al final todos son iguales.
El único problema es decidirte a darlo. Siempre hay ejemplos, parecidos, guías… que te pueden ayudar, pero que en fondo no sirven de nada. Porque cada persona es diferente y, por tanto, hay que tratarla individualmente, nunca como colectivo. Esto podría llevar al más absoluto desastre, las cosas tampoco se solucionan así.
Nos guste o no,
duela o no, hay veces que hay que superar a todo y superarse en todo para
llegar a donde se pretende llegar. Siempre consiguiendo o, al menos, intentando
no estrellarse. No se pueden cultivar flores de papel, pues se consumirán en sí mismas al rozar el día.
Ahí están los
cambios, pero ¿cuándo es el momento adecuado para realizarlos? El momento
elegido también puede ser esencial para que el cambio se realice
satisfactoriamente. Un solo fallo y todo se perdería. Al filo del tiempo,
contando los segundos, buscando las palabras. Siempre serenas y amables, pero afiladas
como cuchillos, pues se debe cortar un tallo bastante grueso. No hay que buscar
excusas ni inventarse burdas mentiras. La verdad suavizada, pero la verdad por
delante.
En cualquier
caso, no es mejor saltarse alguna regla… quizá no debiera, pero me resulta tan
complicado. Sé que debo hacerlo, pero no es fácil ni agradable. Aunque será lo
mejor para todos, ya que por mi parte la situación cada día se vuelve más
insostenible.
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