domingo, 23 de junio de 2013

Tanto

Tanta maldad, tanto odio, tanta ira muchas veces contenida, que todo aquel que estuviera interesado sabía ocultar con extremado celo, aunque no con la discreción necesaria, en algunos casos.

Tanta envidia, tanto deseo de conseguir lo que uno no tiene y de dar cualquier cosa por ello hasta el extremo de dejar a un lado todo aquello que no te interesa, todo lo que en el fondo no tiene importancia para ti, solo para lograr un objetivo mayor. En esos momentos, de aparente vital importancia.

Tanta carga sobre sus hombros, tanta pregunta sin respuesta, tanta desesperanza y desesperación hacen de un tierno capullo una rosa con espinas, altiva, peligrosa. No todo era lo que parecía, ahora ya no.

Tanta locura, tanta inestabilidad, después de encajar cada golpe, cada personaje de la historia, cada prejuicio. Ahora ya no queda casi nadie, el campo de batalla se está quedando desierto.

Tanta preponderancia, tanto orgullo, tanta preconcepción del mundo hasta crear un esquema perfecto de vida, sin más que su recia fe en algo desconocido para la mayoría. El encontrar un atisbo de verdad es un descuido del autor, un roto en su disfraz.

Tanta mirada extraviada, tanto desengaño, tanta oscuridad enjaulada que acabará saliendo, ennegreciéndolo todo a su paso, a no ser que sea consumida por pequeños rayos de luz. Todo cabía esperar, pues aún quedaban ilusiones y deseos incumplidos.




Tanta premeditación y, aún así todo ello se podía derrumbar con la más leve brisa. Las ideas mecidas por el viento se estremecían a cada paso que daban, hasta que sin mayor novedad se veían realizadas.


"Odio el ayer, adoro el mañana, que importa lo que pase hoy mientras sea feliz"

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