martes, 30 de junio de 2015

Hermana

Octubre te parió
y tostados y rojos
se enredaron en tus rizos,
dieron vida a tus ojos.

Nubes cargadas de diamantes
Cubrieron cielos para recibirte,
y tú aún les sonríes
si vuelven a visitarte.

Dorada alfombra
los caducos extendieron.
Ese fue su regalo:
que tus pies no tocaran suelo.


Eres Sol de la estación oscura;
flor que nace de la yerma tierra;
bello escorpión que atrapa,
mientras su libertad reclama.

Una pasión incandescente
que te nace del pecho,
y a manos llenas das
lo que otros no te dieron.

Reina de la sencillez sofisticada
deja vacía tu lista de deseos.
En este año que comienza
cumple cada día un sueño.


"El fuego necesita del aire para combustionar"

lunes, 29 de junio de 2015

Compañera

Hola, ¿te he dicho ya lo preciosa que estás está noche?

Brillante, pura, inspiradora.

Tu sonrisa me reconforta entre el frío del cielo raso.



¿Quién dijo que tu luz era reflejo? Tú brillas por ti misma. No mientes, no engañas. Es solo fachada. No hiere tu luz; acompaña. Te admiro y te quiero a partes iguales. Me invitas a ello y yo acepto con gusto, pero luego te marchas y no queda nada. Nada puede sustituirte, porque siempre estás. Puede, pero no es lo mismo.

Te prefiero a ti, dulce compañera. Me sabes a azúcar y a sal en tus noches. Te gusta mirarte en el mar. Ondulante y callada le amas a él más que a nada. Nada lo sabe, pero no me importa. Yo me conformo con observarte.


"No tengo amores platónicos, sino dantescos"


domingo, 28 de junio de 2015

Lluvia de lava

Los ojos te empiezan a hervir como dos volcanes y no recuerdas tu nombre ni sabes cómo te llaman. Por dentro, ardes en llamas, sientes un fuego recorrerte las entrañas. Sube por tu interior y te arde la cara.

Entonces pequeños ríos de lava, comandados por una gota brillante y preciosa comienzan a abrirse camino entre tus pestañas. Van dejando su huella, van haciendo su marca. Que quien pase por allí su mano sepa que una vez ese territorio se inundó, que quien lo acaricie sienta que sufrió.


Y las gotas de la lluvia de lava tocaron su último destino cuando perdieron tierra y el vacio de tu cuello se abrió ante ellas. Resbalaron inevitablemente y te fundieron la ropa. Intentaste detener su marcha, pero te quemaste las manos, porque ahora el volcán se ha despertado y tiene hambre. Ahora bramará su desdicha y no volverá a encontrar la paz ni a conciliar el sueño.


"Esperar lluvia en verano, y que solo lleguen tormentas"

viernes, 19 de junio de 2015

Lluvia salada

Te comienzan a escocer los ojos y al frotarte sientes como se te humedece la parte exterior de los índices. Entonces separas los párpados con cuidado, con miedo a romperte, y descubres que la inundación es inminente.

Aunque no estás frente a un espejo, tus mejillas y tu nariz sabes que han comenzado a enrojecerse, pues un calor que te hace tiritar ha roto tu termostato personal.


Las gotas de lluvia saladas comienzan a deslizarse por el borde de tus ojos hasta que no caben más, y al parpadear se lanzan por el precipicio en un suicidio colectivo.

Primero resbalan por tus mejillas, acariciándolas hasta hacer surcos. Cuando terminan con ellas, no pueden más que desprenderse del borde de tu cara, atraídas por la fuerza de gravedad. Tus manos intentan frenarlas, pero no hay nada que pueda pararlas. Ya se desató la tormenta, ya estalló el ciclón que se escapa por las ventanas. Las cándidas nubes de tus ojos descargarán hasta la última gota y nada servirá de nada.


"Cuando todo termine, el mayor de los deseos será empezar de nuevo"

domingo, 14 de junio de 2015

Guardianes de la noche

Un cosquilleo, un calor que te sube recorriéndote las entrañas. Cierras los ojos y por un instante lo sientes otra vez. Sonríes y piensas: «¿A eso es a lo que llaman “amor a primera vista”?»

Lo recuerdas, mientras vas cómodamente sentada en la parte de atrás del búho, y te tiemblan las manos, se te disparan los latidos. La ilusión de volver a encontrártele, te asalta.


Imágenes de aquella noche bailan en tu cabeza y el escalofrío de su dedo llamando en tu espalda. Resuelta la duda horaria, acabamos de pie en mitad del autobús contándonos mil historias como si nos conociéramos de toda la vida, pero el tiempo no corría a nuestro favor. Las risas. Los miedos. El destino que nos cruza y nos ata, una y otra vez. Era demasiado tarde para escaparse, ya no queríamos separarnos.

Llegar a casa y despertar, y a cada hora recordarle. Un haz de luz cruza tu mirada y una sonrisa tonta se te dibuja en la cara, deseando volver a verle para que te haga vibrar como solo él ha sabido. Cuentas los minutos, aun sabiendo que solo nuestras brújulas conocían el rumbo, solo nuestro amor dibujaría los senderos.


"Deberías saber que si piensas besarme, (im)pedírtelo no entra en mis planes"