lunes, 2 de diciembre de 2013

Parques, qué lugares

Los parques siempre me han parecido los lugares perfectos para evadirse de la realidad circundante. Si me dan a elegir entre vivir en la boina negra que porta mi ciudad o en alguno de sus roídos agujeros, sinceramente prefiero quedarme en el agujero.
Al poner un pie al otro lado sientes como si hubieses entrado en un mundo nuevo; un lugar diferente, lleno de rincones inexplorados.
Los parques tiene mucha más vida de la que parecen albergar. Lo miras desde fuera y no sientes nada. A simple vista parecen lugares extraños, vacíos, que a nadie interesan. Te crees superior, urbanita.


 
Pero si te atrapa, se te pasan las horas sentado en un banco, leyendo, charlando, pensando, viendo a los niños jugar, escuchando a los pájaros, dando un paseo, haciendo fotos.

Cuando en cualquier parque encuentras tu lugar, hallas la tranquilidad y el sosiego en el mundo moderno. Quizá sea un banco, un tronco de árbol caído, unas piedras o un muro. No importa qué, sino el hecho de que lo hayas encontrado. Es toda una suerte disponer de un propio remanso de paz en mitad de la vorágine cosmopolita.


 

"En ese instante, te das cuenta de que sólo tú eliges como quieres que sea tu vida"

viernes, 15 de noviembre de 2013

Día gris

Si hoy es un día gris, de esos en los que todo sale mal. Desde el más pequeño detalle hasta lo más importante. Todo se tuerce, lloras, te enfadas, estás más susceptible de lo debido. Acabas enfrentándote con quien te cruzas.




Piensa en todo lo bueno que fue ayer. Imagina lo bueno que será mañana. Y así, centrándote en ellos, quizá saques adelante el día de hoy. Porque lo importante no es como empieza, sino como lo acabas.


"Esperando a que Eos anuncie la llegada de un nuevo día"

jueves, 14 de noviembre de 2013

La muerte

Muchas veces ha sido representada como un hombre, pero solo hay que fijarse en su nombre para descubrir que es del sexo opuesto. Piel negra como el azabache. Se esconde entre las sombras o sale a plena luz del día. Invisible para el ojo humano, pues se mueve con demasiada rapidez. Algunos intentan sortearla y tiene suerte. Solo les pone a prueba. Ellos son los que ganaron una batalla, pero saben que no ganarán la guerra.





Pero ella también es vida. Cuando una persona muere, en otro lugar nace otra. Ciclo vital. Ciclos globales. No le tengo miedo, más bien confío en ella. Da a cada uno lo que no tiene. A veces aparece como un aviso, otras se ceba en poco tiempo, pero siempre nos afecta de una manera u otra.


"El destino hila, enrolla y corta el hilo de nuestras vidas"

domingo, 20 de octubre de 2013

Sentimientos impresionistas

Atardecer invernal. Dos botas negras. Resuenan sus tacones. Silueta femenina de andares resueltos. Pelo oscuro y ondeante. La calle solitaria iluminada por el verde resplandor de una cruz griega. El viento sopla levantando las tostadas hojas otoñales. Retazos de un pasado efímero. El frío cala hasta los huesos.




De pronto, calor. La diferencia principal entre un lado y el otro. Tan solo los separa un fino umbral. Odio y amor. Escuchar y hablar. Llorar y reír. Sube escalón a escalón hasta su cumbre de paz y felicidad.

Se hunde a la vez en su sofá y en sus pensamientos, mientras todo ese frío, ese viento, ya no le afecta.


"El orgullo de quien acaricia la vida sumergiéndose en cada instante como si fuera el del epílogo"

domingo, 6 de octubre de 2013

De acuerdo

Completa y absurdamente de acuerdo. No sé cómo, pero siempre llego al mismo punto. ¡Joder! Asqueroso punto de mierda. Me tiene hasta las mismísimas narices. Siempre igual, siempre lo mismo. Si es que soy idiota.




Completa y absurdamente idiota. No tengo remedio. ¡Qué coño! ¡¿Cómo que no tengo remedio?! Se acabó, a partir de ahora no volveré a tropezar dos veces con la misma piedra y si lo hago ya no serán tres. Esa es la clave: ser positiva.

Completa y absurdamente positiva.



Este es tu juego. Tú haces el camino, tú pones las reglas.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Sol de invierno

Sol de invierno me das frío.
Tu antaño calor ya no siento.
Hace estragos la tormenta,
pero, ¿estás muerto?




Sé que te puedo revivir,
mas por ahora no debo.
Tengo miedo de no saber
si eres el mismo o estás lejos.

Mis sospechas se recubren
de certezas y te pierdo.
Te abres entre nubes grises
de pálido y caramelo.





"Como un pajarillo posado en los cables de alta tensión"

lunes, 16 de septiembre de 2013

Flechazo de madrugada

Es cierto todo lo que dicen acerca del amor. Para empezar, tú ya te has fijado en esa persona antes y desde tu privilegiada posición podías haberla observado, pero simplemente la viste y pensaste: “inalcanzable”.

Ya la habías olvidado cuando, de repente, se te presenta la ocasión de conocerla, de hablar con ella. No eres capaz de mover un músculo, mas en cuanto reaccionas deseas que la tierra te trague para que nadie te obligue a intercambiar ni siquiera una palabra con él.

Al mirarle en la distancia te parece muy guapo y alguien bromea con la típica frase del tipo “¿qué pasa, te da vergüenza?”. Entonces comienzas a reír, en un tira y afloja con la persona que te quiere llevar ante él y el calor del grupo del que no deseas separarte. Sientes como un color bermellón se apodera de tus mejillas y para que nadie se dé cuenta, acabas siguiendo con resignación a quien ya le conoce.

Cuando llegas al punto de encuentro te alegras al superar la primera toma de contacto: las pertinentes presentaciones y un fugaz beso en cada mejilla. Les dejas hablar y tú absurdamente piensas que la situación se va a mantener así todo el tiempo. Ellos hablan, tú escuchas. Mientras, aprovechas para mirarle más detalladamente, a la vez que cruza alguna mirada contigo. De momento, es como si nada hubiera cambiado, simplemente ahora le tienes más cerca.




Y entonces llega el esquivado momento, te hace una pregunta que te resulta ambigua y tu mente se bloquea. Se te hace un nudo en la garganta, casi no puedes respirar. No sabes qué decir, pero sabes que es tu turno, así que décimas de segundo después sueltas lo primero que se te pasa por la cabeza. Esa es la clave, ya has explotado. Aquello comienza a rodar. Sigues temblando, pero comienzas a cazar las mariposas que revolotean en tu estómago.

Él sonríe y te reformula la pregunta. A partir de ahí la conversación remonta pudiéndose definir de breve pero intensa. De esta manera, comienzas a guardar detalles en tu mente: algo más alto que tú, moreno, pelo de punta, rasgos ligeramente endurecidos y, algo que te sorprende sobremanera, sus ojos. Sus ojos negros y profundos que te miran como nadie antes lo había hecho. Ya no puedes dejar de mirarlos.

En ese instante, por tu mente pasan dos ideas: te estás enamorando, será verdad que él también. Tiene una mirada tan tierna y transparente que serías capaz de pasarte la vida perdida en ella. Todo en él es perfecto.

El problema aparece cuando debe marchar. Entonces comienzas a desear que la persona que te acompaña os deje a solas para poder desaparecer con él. A la hora de despedirte prefieres que no te dé dos besos ni mucho menos en la mejilla. Después solo encuentras dos opciones: la esperanza o el olvido.



"Eres la luz de vela que alumbra mi camino, la estrella que me guía, el fuego en el que deseo consumirme hasta ser cenizas"

viernes, 6 de septiembre de 2013

Añicos

El cristal de la ventana se hizo añicos. Una explosión de brillantes prismas multicolores. Mil pedazos saltaron en todas direcciones cubriendo el suelo de la habitación. Fue como una liberación. Respiré hondo, me miré el puño y no sentí nada. Solo vi la roja sangre que comenzaba a brotar de mis nudillos.



Una vez soltada toda la tensión acumulada, toda la furia, me relajé. Ahora solo tenía una misión: cumplir mi último deseo.



"Las fronteras las crea el hombre, no la naturaleza"

viernes, 30 de agosto de 2013

Lágrimas

He llorado y lloro y seguiré llorando. He llorado tantas veces que ya hasta perdí la cuenta. Mas llorar siempre es bueno. Quizá sea porque me guste sacarle el lado positivo a esta dura vida pero, siendo así o no, llorar me parece una verdadera liberación.

He llorado cuando he estado triste o cuando alguien lo estaba, cuando me ha dolido un golpe o he sentido rabia. He llorado para descargar tensiones y, así, recuperar mi cordura y mi calma. También se me han saltado las lágrimas entre risas o con un buen libro o una buena película.



Pero, mi gran duda es ¿cuándo he llorado de alegría?

Cuándo he recibido tal sorpresa o he visto a una persona que me haya hecho llorar, pero de alegría. Intento recordar algo que haya conseguido desbordar mi corazón, de forma que no me haya quedado más remedio que llorar con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en la cara.

Y no encuentro ese recuerdo, no lo encuentro.


"Hay razones que quitan el sueño y sueños que quitan la razón"

lunes, 26 de agosto de 2013

La belleza

Hay cosas inexplicables. Cosas que solo te puedes quedar mirando, admirando. Te atrapan de tal forma que no puedes hacer nada más, pensar nada más. Te embriagan por unos instantes y tu mundo se paraliza. No pasa el tiempo. Solo sonríes. A veces, incluso, suspiras.

Te quedas entusiasmado y completamente abstraído; con la mente en blanco. Sientes como si flotaras, nada importa, nada te pesa. Todo es perfecto.

Aunque lo que te produce esta sensación esté delante de ti el tiempo suficiente como para ser consciente de ello, no podrás realizar ningún comentario para expresar lo que se te pasa por la cabeza y seguirás callado. Temes que cualquier gesto pueda romperlo.



Cuando ese momento se pierde, fugaz por lo común, te cuesta unos minutos reaccionar. Y ya no te quitas esa imagen, esa sensación, de la cabeza en horas. Quizá días. 

Tal vez se quede grabada en tu memoria para toda la vida.



"Verter lágrimas de polvo y estrellas"

domingo, 11 de agosto de 2013

Resoluto

Aversión mal mezclada con una antigua y poderosa adoración. Sentía como me ponía en guardia al centrar mi mirada en su ser. Yo era invisible, estaba bien protegida en ese instante.

Comencé a rememorar los momentos que pasé junto él, lo que no tuve y lo que nunca querré. El tiempo lo transformó. Ya no era el mismo.

Me vino a la mente una pregunta: ¿por qué no le podía amar? Mi primera respuesta fue mi inevitable afán de perfección pero, en el fondo, sabía que había algo más.

Me costó alrededor de una hora quitarme de encima esa sensación tan extraña y pegajosa. Luego me permití verlo desde un punto de vista más objetivo.




Transcurrido no mucho tiempo comprendí que él había sido la causa, la repuesta a mi pregunta. Si no amo es porque no pude amar. Porque sé que me hace daño. Porque conozco ese dolor y mi mente, mucho más inteligente que mi sentimental corazón, no ha permitido que se vuelva a repetir algo como aquello.



"Si el amor llama a mi puerta le abriré encantada, pero no pienso salir a buscarle"

miércoles, 31 de julio de 2013

Detalles

Salir a la calle y comprobar que aún hay esperanzas, pero que se ven truncadas por otros detalles. Detalles que ahora no deberían tener importancia y que lo llenan todo. Detalles que rompen esa maldita felicidad. Que no puedo apartar de mí, aunque debiera. Que me oprimen y me bloquean y sacan lo peor de mí. Pierdo los papeles, contengo la respiración, calmo la voz, enfrío la mente y vuelvo a empezar una vez más hasta que alguien se canse.




Debería reaccionar, debería hablar, debería expresar lo que siento. Quisiera poder hacerlo, pero no encuentro el momento. Quizá me falte decisión, quizá confianza. Podría tener algo en lo que apoyarme que me sirviera para saltar, pero no encuentro nada. Es difícil utilizar las palabras correctas, poner los signos de puntuación donde se debe y conseguir que, a la primera, la frase tenga sentido.

¿Encontraré la manera de hacerlo algún día?

¿Será tarde?



"Lo importante del día no es como empieza, sino como lo acabas"

sábado, 13 de julio de 2013

Reflejo

Te miras en el espejo, un día cualquiera, no sabes la hora ni te importa. Aunque no hayas vivido tanto, ha dejado de importarte. Persigues fantasmas que no existen. Una y mil ideas rondan por tu cabeza. Ya no sabes que pensar, parece que eres tú el que lo hace todo mal. El que siempre tiene la culpa, al que hacen llorar. Te sientes frustrado, no te reconoces. Por qué aparentemente es todo tan perfecto.

“Tú, maldito reflejo, ¿qué esperas de mí?


No hay nada ya que pueda hacer. Soy tu doble de carne y hueso, que juega por ti en este mundo irreal de sueños atrapados y mentiras libertinas. A quién puede importarle eso ahora. Quizá no sea lo suficientemente bueno, pero aquí estoy. No conozco otra manera y he de sobrevivir, por mucho que me cueste no me queda otro remedio. Debo buscar la mejor táctica para sortear los obstáculos. La forma más rápida y la menos costosa. No tengo otra alternativa que continuar con paso firme y expresión decidida. Lo siento, pero no sé de otra vía para avanzar.”




"Nos dan la vida sin receta ni prospecto"

domingo, 23 de junio de 2013

Tanto

Tanta maldad, tanto odio, tanta ira muchas veces contenida, que todo aquel que estuviera interesado sabía ocultar con extremado celo, aunque no con la discreción necesaria, en algunos casos.

Tanta envidia, tanto deseo de conseguir lo que uno no tiene y de dar cualquier cosa por ello hasta el extremo de dejar a un lado todo aquello que no te interesa, todo lo que en el fondo no tiene importancia para ti, solo para lograr un objetivo mayor. En esos momentos, de aparente vital importancia.

Tanta carga sobre sus hombros, tanta pregunta sin respuesta, tanta desesperanza y desesperación hacen de un tierno capullo una rosa con espinas, altiva, peligrosa. No todo era lo que parecía, ahora ya no.

Tanta locura, tanta inestabilidad, después de encajar cada golpe, cada personaje de la historia, cada prejuicio. Ahora ya no queda casi nadie, el campo de batalla se está quedando desierto.

Tanta preponderancia, tanto orgullo, tanta preconcepción del mundo hasta crear un esquema perfecto de vida, sin más que su recia fe en algo desconocido para la mayoría. El encontrar un atisbo de verdad es un descuido del autor, un roto en su disfraz.

Tanta mirada extraviada, tanto desengaño, tanta oscuridad enjaulada que acabará saliendo, ennegreciéndolo todo a su paso, a no ser que sea consumida por pequeños rayos de luz. Todo cabía esperar, pues aún quedaban ilusiones y deseos incumplidos.




Tanta premeditación y, aún así todo ello se podía derrumbar con la más leve brisa. Las ideas mecidas por el viento se estremecían a cada paso que daban, hasta que sin mayor novedad se veían realizadas.


"Odio el ayer, adoro el mañana, que importa lo que pase hoy mientras sea feliz"

jueves, 30 de mayo de 2013

Levantarse

Levantarse y respirar.
Sentir que aún queda mucho por andar.
Qué más se podía pedir.
Todo.

Niña, necia, egoísta.
Sin más preocupación que vivir su día a día,
ella estaba segura de su importancia para el mundo.
Se cruzó en mi mundo.





Nada.
Nada para nadie y un todo oscuro que la estremecía.
Recuerdos de un pasado extraño
que no la permiten avanzar libre.

Libre.
Dejar todo atrás y retomar el camino.
Saltar de la cama y despertar porque no todo es lo que parece
y cambia a cada paso que das.

Niña, qué vas a querer ahora que lo tienes todo.
Déjame o déjame que te haga volar.
Volar alto.
Muy alto.


"Para terminar diré que este es el principio de un bello final"

jueves, 23 de mayo de 2013

Medía las palabras

Sabía que no podía equivocarse, pues ella misma era su mejor defensa y la palabra su único soldado.

Debía cuidar sus gestos, siempre recatados; y su expresión, serena y de mirada penetrante, pero para cada enemigo una distinta.

Hasta ese día no fue consciente del gran número de tipos de miradas que se podían llegar a lanzar.


Todas y cada una de sus palabras tenían un doble filo, por eso había que pronunciarlas con sumo cuidado.

A día de hoy todos eran enemigos hasta que ella decidiese lo contrario.

Debía dejar clara su postura, pero no quemaría todas sus naves en el primer asalto. Tenía que preparase para la batalla final.




"No se fía de nadie, excluida ella misma"

miércoles, 8 de mayo de 2013

Extraño

Andaba por las calles como si se tratase de un soleado día del mes de mayo; con el sol iluminando mi rostro mientras paseaba por un camino repleto de verdes árboles, aunque este no era el caso. La mejor luz, la proveniente de la luna y, además, llovía a cántaros. En lo único en lo que se parecía esa fresca noche a aquel idílico día primaveral era en que ambos pertenecían a la misma estación del año.

Ya llevaba bastante tiempo andando, no sabría decir exactamente cuánto, pero decidí sentarme en las escaleras de un soportal a esperar a que amainase un poco el temporal; aunque debo reconocer que adoraba la lluvia y que ya estaba calado hasta los huesos. Estando allí comencé a observar como cada gota se estrellaba contra el suelo haciendo ese ruido tan característico. En ese momento comenzó a llover con mayor intensidad, creando prácticamente una cortina blanquecina. Bajé la mirada y fijándome en un pequeño riachuelo que pasaba por la acera pegado a la pared, me dejé caer sobre mi hombro y apoyé mi cabeza sobre el frío ladrillo. Respiré hondo y me relajé.





Entonces, en esa inspiración, mi nariz captó un olor diferente mezclado en el húmedo ambiente. No era difícil reconocer, por ejemplo, el de la hierba mojada, pero descubrí un efluvio de algo que me sorprendió gratamente, con lo que hacía tiempo que no me deleitaba y que me extrañó percibir. Creo que subestimé a mi olfato, al parecer, más sensible de lo esperado. Me levanté casi intuitivamente, pasé de un salto los dos escalones que me separaban de la acera y me dirigí en la dirección de la que provenía el olor; para muchos nauseabundo, para mí delicioso.

En esos instantes, me sentí como un tiburón que podía oler una gota de sangre en el océano encontrándose a varios metros de distancia de ella. El paralelismo me pareció de lo más acertado, pues llovía a mares y no anduve mucho más de unos metros hasta doblar una esquina y dar con la procedencia de tan maravilloso aroma.

Me topé con una chica. No tendría más de veinte años. Estaba tirada en el suelo, bañada en sangre. Me agaché a su lado. Parecía tan dulce y frágil, de piel pálida con el pelo largo y negro. La sangre procedía de una herida en su cuello, no era excesivamente profunda. El contacto de mi mano con la sangre, con ella. Descubrí que estaba helada, prácticamente más fría que yo. Casi no tenía pulso.

Todo apuntaba a que había sido uno de los nuestros. Pero, ¿quién sería capaz de hacer una cosa así? Me sentí de nuevo atraído por el olor e intenté reprimir mis instintos hasta que finalmente no pude contenerme más. Una sensación de angustia me invadió el cuerpo y un escalofrío me recorrió de arriba abajo. Nadie se enteraría, miré a izquierda y derecha. Estaba impaciente, no podía esperar más.

Al instante, me vi posando mis colmillos encima de la herida de su cuello. Rápidamente me aparté y me levanté de un salto. ¿Cómo podía haberme descontrolado de esa manera? Hacía mucho que no me sentía así. Yo había aprendido a controlar mis impulsos. Esto no era normal. Me apoyé contra la pared mientras observaba a la chica que tenía a mis pies.

Tenía que sacarla de allí, no podía dejarla tirada en el suelo de una calle cualquiera. Ella no tenía la culpa. Me agaché de nuevo junto a ella, la recogí con mis brazos y me la llevé corriendo. Más tarde me preocuparía del verdadero culpable.


"Vida en la muerte y muerte en la vida"

sábado, 4 de mayo de 2013

Vomitar

Lo único que me gusta vomitar son palabras. Una sensación que te impulsa. Estás lleno de ideas y solo deseas plasmarlas en papel. Necesitas escribir; tomar una hoja y un boli y, tan solo, escribir.




Pero, en este caso, la sensación es peculiar y más profunda, ya que no se tienen los mismos síntomas. Comienzas por sentir extrañeza, repulsión, aversión y una tenue presión en las sienes, mientras frunces ligeramente el ceño. Un pequeño nudo en la garganta, un gran agujero en el estómago.

Tensas todos tus músculos, encajas la mandíbula apretando los dientes, preparándote para ladrar. Achinas los ojos y tu mirada se vuelve dura y fría como el acero, y tan afilada como tu lengua o, por el momento, tus pensamientos. A veces, arrugas la nariz y abres las aletillas, como si de una especie de tic se tratase. Parece como si hubieses olido algo asqueroso y comienzas a tener nauseas. El dolor comienza a hacer mella en tu estado de ánimo y llegados a este punto empieza la trasformación.

Aprietas los puños, respiras más deprisa y cada vez que lo haces el aire resuena como si fueras un toro embravecido. Te mantienes en una alerta constante, en cualquier momento puedes vomitar algo de lo que luego quizá te arrepientas, pero, en esos momentos, todo te da igual. No eres racional. Estás completamente a la defensiva, preparado para recibir cualquier disparo, desde cualquier ángulo. Puedes atrapar la bala aunque te apuñalen por la espalda.

Todo es muy rápido, todo en caliente. Todo esto ocurre en escasos minutos. Probablemente luego te relajes, reflexiones, recapacites y te vuelvas sensato.

O, tal vez, no. 



"El juego de niños que fue ayer, torna hoy en pensamientos oscuros y confusos"

lunes, 15 de abril de 2013

Casualidad

Dejo volar mi mente, mi imaginación y me veo en otros mundos, viviendo otras vidas. ¿Qué sentido tendría ahora el retroceder y volver a permitir que el destino te vuelva a colocar en un sitio, en tu sitio? Ese que nos toca por casualidad, ese que no elegimos. En el cual nos encontramos en cuanto inspiramos por vez primera. Del que probablemente no nos movamos en algún tiempo o quizá en toda nuestra vida.

Siempre que nos paramos a pensarlo nos parece algo tan abstracto y tan lejano; tan grande, que no podemos abarcarlo. Nuestra pequeña cabecita es incapaz de hacerse, ni siquiera, una idea aproximada de lo que ocurrió en aquel instante en el que la casualidad decidió situar nuestra existencia en ese preciso paralelo.




No somos conscientes de la relevancia que ello tiene hasta que alguien te lo comenta, preguntándote: “¿Has pensado alguna vez en ello?” Tú te quedas con una expresión absurda mientras intentas asimilarlo, y te dices: “¿Por qué he nacido aquí?”

Pasado un tiempo quizá te rías y pienses qué le habré hecho yo a la diosa Fortuna para que me hiciera comenzar aquí y en ese momento mi vida; y siempre pensarás: “He tenido suerte, mucha suerte”. Incluso llegarás a plantearte el hecho de cuánta gente ha pensado en ello, pero no solo eso, sino cuánta gente no lo ha pensado nunca. Y concluirás que sería muy triste no hacerse nunca estas preguntas ni tantas otras que, seguramente, tienen respuesta, pero que aún no se la hemos encontrado.



"La vida que se pierde por vivir la propia"

jueves, 11 de abril de 2013

Cambios

¿Cómo se puede separar a alguien de tu vida sin dejar cicatrices? No puedes seguir así, pero el cambio traería la desgracia para unos y la alegría para otros; al igual que cualquier otro cambio. Al final todos son iguales.

El único problema es decidirte a darlo. Siempre hay ejemplos, parecidos, guías… que te pueden ayudar, pero que en fondo no sirven de nada. Porque cada persona es diferente y, por tanto, hay que tratarla individualmente, nunca como colectivo. Esto podría llevar al más absoluto desastre, las cosas tampoco se solucionan así.




Nos guste o no, duela o no, hay veces que hay que superar a todo y superarse en todo para llegar a donde se pretende llegar. Siempre consiguiendo o, al menos, intentando no estrellarse. No se pueden cultivar flores de papel, pues se consumirán en sí mismas al rozar el día.

Ahí están los cambios, pero ¿cuándo es el momento adecuado para realizarlos? El momento elegido también puede ser esencial para que el cambio se realice satisfactoriamente. Un solo fallo y todo se perdería. Al filo del tiempo, contando los segundos, buscando las palabras. Siempre serenas y amables, pero afiladas como cuchillos, pues se debe cortar un tallo bastante grueso. No hay que buscar excusas ni inventarse burdas mentiras. La verdad suavizada, pero la verdad por delante.

En cualquier caso, no es mejor saltarse alguna regla… quizá no debiera, pero me resulta tan complicado. Sé que debo hacerlo, pero no es fácil ni agradable. Aunque será lo mejor para todos, ya que por mi parte la situación cada día se vuelve más insostenible.




"Cuando una amistad pende de un hilo y no te queda más que cortarlo para poder continuar"

lunes, 18 de marzo de 2013

Sombras

Era una calurosa noche de verano. Deje la ventana abierta y con mi corto e inmaculado camisón me fui a dormir. Sabía que con el calor me iba a resultar de lo más difícil, pero igualmente yo lo intenté.

Mil cosas rondaban por mi cabeza. La verdad que no era el día más indicado para que hiciese calor, porque de por sí ya me hubiera costado dormirme. En algún momento, sin darme cuenta, debí dejarme caer en los brazos de Morfeo. Y, de repente, algo frío rozó mi cuello, pero no llegó a despertarme, pues no me importó; al contrario, me resultó agradable, pero entonces noté un aliento cerca de mi cara y sentí como si hubiese alguien.



Me desperté sobresaltada incorporándome y no vi a nadie en un primer momento, ya que estaba oscuro; pero al volver a mirar encontré una figura en una esquina de mi habitación junto a la ventana. Quería gritar pero no podía, igualmente esa persona se abalanzó sobre mi tapándome la boca. De esta forma puede verle el rostro gracias a la poca luz que entraba por la ventana.

Me asusté sobremanera cuando su mirada atravesó mis ojos como si pudiese mirar a través de ellos y tocó mi alma. Entonces comencé a respirar más deprisa y el sonrió mientras apartaba su mano de mi boca lentamente. En ese instante pude ver lo que momentos antes había sentido frío en mi cuello y no necesité saber más. Ahora estaba segura y ya nada podía hacer.



"Eres la perfecta melodía que me acompaña de día y me desvela de noche"

miércoles, 6 de marzo de 2013

Mi película

Pasado un tiempo decidí esclarecer el asunto y cuál fue mi sorpresa que acabe metida en una película de ciencia ficción. Todo había estado en mi imaginación, pero ahora había saltado a la gran pantalla y sería cuestión de tiempo que llegase también a los televisores de cada casa.




Aunque después de tanta presión necesitaba el máximo de distensión, así que no me importó. Cogí mis palomitas y mi refresco y me dispuse a disfrutar del espectáculo.

Parecía una buena película, trataba sobre un pájaro solitario que volaba demasiado confiado y le enjaularon. Pero el pájaro fue lo suficientemente astuto para escapar. Finalmente el volaba libre, pero ya no estaba solo.


"Cuando las cosas quieren cambiar y, aunque no sabes si van a ir a mejor, las dejas que cambien"

viernes, 1 de marzo de 2013

Con pedacitos de canción

Porque cuando se cala es difícil arrancar, siempre cuesta volver a empezar, pero yo estoy segura de ti y eso nos sobra. Hay que conseguir volver a poner en marcha este dormido corazón. Confía en mí, juntos tocaremos el cielo y al caer no nos romperemos, porque no somos de cristal, somos dos diamantes, transparentes al igual, pero invencibles.

Llevo tu voz dentro de mí, la oigo cada día al despertar y me dice: “¡Adelante, te quiero! Cómete el mundo que yo estoy contigo”. Por eso yo te digo: “No te sueltes la mano, que el viaje es infinito”. Y si estoy loca es cosa mía, pues me siento tan fuerte que pienso que nadie me puede tocar.




Nada podrá cambiar lo que siento, porque si soy lo que siento, siento que no estás, y me rallo y me entra el miedo. Pero todo eso puede cambiar a mejor, mañana, porque te quiero a ti, porque te quiero.

Cada dos minutos una eternidad, porque en la vida conocí el igual a ti, pero no me importará esperar. Me pierdo en tus ojos y siento volar mi corazón que está lleno de amor. El mundo es maravilloso desde que tú estás en él.



"Todo lo que me hace sonreír lleva tu nombre"

martes, 12 de febrero de 2013

El sitio de mi recreo

Empezó siendo un parque más. Tengo el vago recuerdo de los niños del barrio jugando, cercanos a sus madres y abuelos, los perros, protección, diversión, inocencia. Me llevaban en primavera y guardo un bonito recuerdo de aquel lugar. Siempre tan natural, tan lleno de vida.

Pero, un día, no sé bien por qué, desapareció. Simplemente era como si ya no estuviese allí, como si lo hubieran trasladado a otro lugar. Al dejar de entrar con frecuencia, aquella verja enarbolada no me permitía ver más allá.




No sé dónde ha estado todo este tiempo, solo sé que un día le reencontré y que ahora no hay día que no piense en él. Le veo al final de la calle y todas esas imágenes vuelven a mí en un torrente de recuerdos. Pero ahora le veo diferente. Ahora le miro desde arriba, pues veo por encima de esa verja, y siempre me gusta recordar el tiempo aquel en el que me parecía tan alta que nunca me planteaba el superarla.

En estos tiempos que corren, o más bien vuelan, ese parquecito se ha convertido en un remanso de paz, en el que te dan ganas de quedarte plácidamente sentado en un banco leyendo un libro o escuchando el trino de los pájaros.


"No sé quién cayó antes, pero ya nos teníamos y no podíamos dejarnos escapar, o nos perderíamos para siempre"

lunes, 11 de febrero de 2013

Nirvana

Subí deprisa, una gran curiosidad me invadía. Necesitaba saber cómo sería aquello, cómo se vería todo desde allí. Me senté en la hierba fresca apoyando mi espalda en el tronco de un majestuoso árbol y mirando la inmensidad del horizonte, me sentí tan sola que todo lo demás desapareció. De repente mi mente se quedó en blanco. Fue una bella sensación que consiguió poner en orden mis ideas. Al bajar me había convertido en otra persona.


Todas mis dudas y temores se despejaron. Tenía el alma en paz y el espíritu tranquilo. No sabía cuánto tiempo iba a durar esta sensación ni si se repetiría. Nunca me había sentido así y, quizá no me volviera a sentir así nunca.





Por tanto, decidí sacarle el máximo partido y aprovechar este estado de mi nueva religión para extraer de mí todo aquello que no me pertenecía, pues ahora era una persona diferente. Así, adquirí todos esos aspectos de mi nueva personalidad que favorecían esta especie de trance del que no deseaba salir.



"Esa sensación de respirar, y creer que el mundo es tuyo y nadie te va a poder parar"